El concejal delegado de Juventud, Pablo García, clausuró ayer jueves el curso sobre la lengua de signos que se ha impartido desde el pasado lunes 30 de septiembre en el edificio Maestro Quico.
En este curso, ofrecido por la empresa Cursiva Servicios de Formación, S.L., de Casares (Málaga), y que se ha desarrollado durante cuatro días en horario de tarde, desde las 16.30 hasta las 20.30 horas, han participado veinte alumnos de entre 14 y 30 años de edad, teniendo la oportunidad de conocer las nociones básicas del sistema de señales gestuales gracias al cual pueden comunicarse fluidamente los ciudadanos con discapacidad auditiva.
García felicitó y agradeció a los alumnos el interés mostrado por este taller y anunció que se continuarán desarrollando iniciativas similares y complementarias, para aquellos que deseen profundizar en el conocimiento y uso de este lenguaje no verbal. Posteriormente, procedió a la entrega de los correspondientes diplomas acreditativos.
La lengua de signos española (LSE) es la forma de comunicación que utilizan principalmente los sordos españoles y personas que viven o se relacionan con ellos. Aunque no hay estadísticas plenamente fiables, se calcula que cuenta con más de 100.000 usuarios signantes, para los que un 20 o 30 % es su segunda lengua. Está reconocida legalmente desde 2007.
Desde un punto de vista estrictamente lingüístico, la LSE se refiere a una variedad de lengua de signos empleada en una extensa área central-interior de la península Ibérica, teniendo como epicentro cultural y lingüístico la ciudad de Madrid, con modalidades propias en algunas áreas radicadas en Asturias, Aragón, Murcia, áreas de Andalucía Occidental (Sevilla, por ejemplo) y alrededor de la provincia de Burgos.
En la actualidad hay en marcha una campaña reivindicativa que persigue la inclusión del aprendizaje de la lengua de signos en las escuelas para contribuir a la integración de los niños y niñas con problemas auditivos.